El flujo vaginal cumple un papel fundamental en mantener la vagina limpia, lubricada, sana y libre de infecciones. El flujo es, literalmente, la prueba de que las vaginas son órganos autolimpiantes. Además, también puede ser un indicador confiable de la salud vaginal en general, y el color del flujo muchas veces puede decirte lo que está pasando allí abajo.
El flujo vaginal, también conocido como moco cervical (o CM por sus siglas en inglés), está compuesto principalmente por moco producido por las células del cuello uterino (la abertura del útero). Lo que se considera “normal” puede variar de persona a persona, pero en general, el flujo vaginal normal suele ser transparente, blanco o blanco opaco y no tener un olor fuerte. Puede presentarse con diferentes consistencias: espeso, delgado, elástico, pegajoso, viscoso, resbaladizo, cremoso o acuoso. La consistencia y el color del flujo cambian dependiendo de muchos factores, como en qué etapa del ciclo menstrual te encuentres, si tienes una infección o si estás embarazada.
La cantidad de flujo vaginal también varía según la persona. Algunas producen mucho flujo, mientras que otras notan muy poco. Ambas situaciones son normales y saludables. Además, es común que algunas personas produzcan más flujo alrededor de la ovulación, que suele ocurrir a mitad del ciclo menstrual.
¿Qué significa el color de tu flujo vaginal?
Es importante tener en cuenta que el flujo vaginal de cada persona es diferente, por lo que puede tomar un tiempo identificar qué es “normal” para ti. Tal vez no prestes mucha atención a cómo luce tu flujo vaginal, a menos que notes un color inusual.
Aunque un flujo con un color extraño pueda asustarte, probablemente no sea nada grave. Sin embargo, en algunos casos, un color diferente puede ser una señal de que algo no anda del todo bien.
A continuación, encontrarás una guía por colores del flujo vaginal y qué hacer si notas que tu flujo se ve anormal.
1. Flujo vaginal transparente
El flujo vaginal transparente suele ser una señal de que todo funciona como debería. Ya sea acuoso y ligero o espeso y elástico, este tipo de flujo cumple un papel importante en mantener el ambiente vaginal equilibrado, limpio y protegido.
Salud vaginal normal
Un flujo saludable suele ser transparente o blanquecino, y su consistencia puede variar según la etapa del ciclo, el nivel de hidratación e incluso el estrés. Ayuda a mantener el canal vaginal limpio al eliminar bacterias y células muertas, y es una señal de que tu microbioma vaginal está funcionando bien. Un poco de humedad es completamente normal y esencial para la comodidad y protección general.
A menos que tenga un olor fuerte, provoque picazón o venga acompañado de otros síntomas inusuales como dolor o irritación, el flujo transparente no es motivo de preocupación. De hecho, es uno de los mejores indicadores de que tu vagina está sana.
Ovulación
Uno de los momentos más comunes en los que aparece flujo transparente, elástico y similar a la clara de huevo es durante la ovulación, normalmente a mitad del ciclo. A medida que se acerca la ovulación, el cuerpo produce más moco cervical para crear el ambiente perfecto en el que los espermatozoides puedan sobrevivir y nadar hacia el óvulo. Este flujo puede ser resbaladizo, viscoso y estirarse entre los dedos: una señal clara (nunca mejor dicho) de que estás en tu ventana fértil.
Muchas personas usan el seguimiento del moco cervical como parte del método de conciencia de la fertilidad, ya sea para aumentar las probabilidades de embarazo o para evitarlo de manera natural (también conocido como planificación familiar natural). Si no notas flujo de ovulación y no usas anticonceptivos hormonales, puede ser útil consultar con tu médico para entender mejor tu ciclo.
Si usas anticonceptivos hormonales (como pastillas, parches o DIU), es posible que notes poco o ningún flujo de ovulación. Esto se debe a que estos métodos previenen la ovulación, reduciendo los cambios de moco que normalmente ocurren a mitad del ciclo.
Excitación sexual
No todo flujo transparente está ligado al ciclo menstrual. A veces es simplemente la respuesta del cuerpo a la excitación sexual. Este se llama fluido de excitación, y es el lubricante natural del cuerpo. Cuando estás excitada, las glándulas de Bartolino (ubicadas a ambos lados de la entrada vaginal) liberan este fluido claro y resbaladizo para hacer que el sexo sea más cómodo y placentero. Puede aparecer justo antes, durante los juegos previos o incluso después del sexo.
El fluido de excitación es diferente al flujo vaginal cotidiano, pero ambos son totalmente normales. La clave está en conocer qué es típico para tu cuerpo, para poder reconocer cuando algo se siente diferente.
2. Flujo blanco y espeso
El flujo blanco es uno de los más comunes, y en muchos casos es completamente normal. Su consistencia y cantidad pueden cambiar a lo largo del ciclo, aunque a veces también puede indicar un problema subyacente. Aquí te explicamos cómo diferenciarlos.
Normal si es pegajoso o cremoso
El flujo blanco que es suave, cremoso o ligeramente pegajoso suele ser una parte normal del ciclo menstrual. A menudo aparece en la fase lútea (segunda mitad del ciclo, después de la ovulación y antes de la menstruación). Este tipo de flujo no tiene olor fuerte (puede ser imperceptible o muy leve) y suele notarse en la ropa interior o al limpiarse.
También es común en las primeras etapas del embarazo. El aumento de hormonas, especialmente la progesterona, puede generar un flujo blanco lechoso, similar a una loción (una respuesta completamente normal mientras el cuerpo se adapta al embarazo). Este incremento ayuda a proteger contra infecciones al mantener un ambiente vaginal saludable.
Siempre que este flujo no cause picazón, no tenga mal olor y no sea grumoso o decolorado, es probable que no sea motivo de preocupación.
Infección por hongos si es grumoso
Si el flujo es espeso, blanco y grumoso (como requesón) y viene acompañado de picazón, ardor, hinchazón o enrojecimiento, probablemente se trate de una infección por hongos. Estas son muy comunes y ocurren cuando hay un crecimiento excesivo de Candida, un hongo que normalmente vive en la vagina.
Este tipo de flujo no suele tener un olor fuerte, pero la textura y la irritación que provoca son señales claras. Las infecciones por hongos pueden desencadenarse por antibióticos, estrés, cambios hormonales o ropa ajustada que no transpira.
La buena noticia es que son fácilmente tratables con medicamentos antifúngicos, disponibles sin receta o bajo prescripción médica.
3. Flujo amarillo
El flujo amarillo puede significar cosas diferentes dependiendo de su tono, consistencia y de si viene acompañado de otros síntomas inusuales. En muchos casos es totalmente inofensivo, pero en otros puede ser señal de que algo requiere atención médica.
Oxidación o exposición al aire
El flujo amarillo claro o amarillo pálido suele ser completamente normal, especialmente si lo notas así después de estar un tiempo en la ropa interior. Ese tinte amarillento puede aparecer cuando el flujo transparente o blanco se oxida (se expone al aire) y se seca. También puede adquirir ese color si se mezcla con orina, sudor o incluso residuos de detergente a lo largo del día.
Mientras no tenga un olor fuerte, ni cause picazón o irritación, y sea de un tono claro, lo más probable es que sea parte normal del ciclo del cuerpo.
ITS
Si el flujo es amarillo oscuro, amarillo verdoso, espeso o con mal olor, puede ser un signo de una infección de transmisión sexual (ITS) —especialmente clamidia, gonorrea o tricomoniasis. Estas infecciones también pueden causar ardor al orinar, picazón, dolor pélvico o sangrado anormal, aunque aquí está lo complicado: a veces no presentan síntomas en absoluto.
Por eso, las pruebas rutinarias de ITS son importantes, especialmente si tienes parejas sexuales nuevas o múltiples, o si notas que tu flujo se siente “raro”. Si estás preocupada, lo mejor es consultar con tu médico o realizar una prueba integral de ITS, como el Test de Salud Vaginal y Panel de PCR Ampliado de Evvy, que detecta múltiples infecciones de forma discreta en casa.
4. Flujo gris
El flujo vaginal gris es uno de los tipos más notorios de flujo y casi siempre es señal de una infección. Si notas un tinte grisáceo y un olor fuerte a pescado, es momento de consultar a un profesional de la salud. Las dos causas más comunes son la vaginosis bacteriana (VB) y la tricomoniasis. Aunque ambas suelen tratarse fácilmente, pueden causar complicaciones si no se atienden.
Vaginosis bacteriana (VB)
La VB es una infección común que ocurre cuando hay un desequilibrio en el microbioma vaginal. En concreto, cuando las bacterias dañinas superan en número a las especies de Lactobacillus que mantienen la vagina sana y ligeramente ácida.
Este cambio puede causar un flujo grisáceo, acuoso y con olor a pescado, especialmente después del sexo.
Aunque la VB es muy común, puede ser frustrante. No está clasificada oficialmente como ITS, pero las investigaciones muestran que puede transmitirse sexualmente, y ciertos comportamientos (como tener parejas sexuales nuevas o múltiples, o hacerse duchas vaginales) aumentan el riesgo.
La VB también puede causar irritación leve o ardor al orinar, pero muchas personas no notan síntomas más allá del flujo.
Si bien la VB no suele ser peligrosa, los casos recurrentes o no tratados pueden aumentar el riesgo de problemas más serios como enfermedad inflamatoria pélvica (EIP), complicaciones en el embarazo o mayor vulnerabilidad a ITS, incluido el VIH.
Tricomoniasis
La tricomoniasis (o “tric”) es una de las ITS más comunes. Está causada por un parásito llamado Trichomonas vaginalis y, al igual que la VB, puede generar un flujo gris o gris verdoso con olor desagradable o a pescado. Otros síntomas posibles incluyen picazón, ardor, molestias durante las relaciones sexuales o incluso sangrado entre periodos.
Pero aquí está lo importante: el 70% de las personas con tricomoniasis no presentan síntomas.
Dado que la tricomoniasis y la VB pueden provocar síntomas similares, es fácil confundirlas, y solo una prueba puede diferenciarlas. La buena noticia es que ambas son tratables con medicación, pero la detección temprana es clave para prevenir infecciones recurrentes y complicaciones a largo plazo, como problemas de fertilidad o EIP.
5. Flujo verde
El flujo vaginal verde nunca es una buena señal, especialmente si viene acompañado de síntomas como picazón, ardor, mal olor o dolor pélvico. Aunque puede ser alarmante, es la forma en que tu cuerpo te indica que algo no está bien. Varias causas potenciales pueden estar detrás, y es importante acudir a un profesional de la salud para identificar y tratar el problema correctamente.
ITS
Una de las causas más comunes de flujo verde es una infección de transmisión sexual (ITS), en particular la tricomoniasis, que puede producir un flujo espumoso, verde-amarillento y con olor fuerte. Otras ITS, como la gonorrea o la clamidia, también pueden causar flujo anormal, a menudo acompañado de molestias pélvicas, ardor al orinar o dolor durante las relaciones sexuales. Estas infecciones son tratables, pero si no se atienden pueden provocar complicaciones graves, por lo que el diagnóstico temprano es clave.
Enfermedad inflamatoria pélvica (EIP)
Si una ITS o infección vaginal asciende hacia los órganos reproductivos, puede provocar enfermedad inflamatoria pélvica (EIP), una condición seria que afecta el útero, las trompas de Falopio y los ovarios. La EIP puede causar flujo verde o amarillento junto con fiebre, dolor pélvico o abdominal y dolor durante las relaciones sexuales. Si no se trata, puede derivar en infertilidad o dolor pélvico crónico. La atención médica inmediata es fundamental si se sospecha EIP.
Objeto olvidado
En algunos casos, el flujo verde puede deberse a un objeto olvidado en la vagina, como un tampón, condón o copa menstrual. Si un objeto permanece demasiado tiempo, puede alterar el microbioma vaginal y causar infección. Esto puede generar flujo verde o marrón con olor fuerte, además de picazón, irritación o incluso fiebre. Retirar el objeto y tratar la infección es importante para evitar complicaciones.
6. Flujo rosado o marrón
El flujo vaginal rosado o marrón puede ser sorprendente, pero en la mayoría de los casos es completamente normal. El color suele deberse a una pequeña cantidad de sangre mezclada con fluidos vaginales. El flujo marrón normalmente indica sangre más vieja que se ha oxidado, mientras que el rosado sugiere sangrado más fresco.
Manchado antes o después del período
Una de las causas más comunes de flujo rosado o marrón es el manchado previo o posterior a la menstruación. Esto ocurre cuando el cuerpo empieza (o termina) de desprender el revestimiento uterino. La sangre puede mezclarse con el moco vaginal y volverse rosada, o aparecer marrón al salir sangre más vieja. Este tipo de manchado es normal y no suele ser motivo de preocupación.
Ovulación o sangrado de implantación
Algunas personas experimentan manchado rosado o marrón alrededor de la ovulación, a mitad de ciclo. Esto puede deberse a una breve caída de estrógeno o a la liberación del óvulo, lo que provoca un leve desprendimiento del endometrio. Es inofensivo y no le ocurre a todas.
Si estás intentando concebir, también puedes notar sangrado de implantación: un flujo rosado o marrón que ocurre cuando un óvulo fecundado se adhiere al útero, generalmente entre 6 y 12 días después de la ovulación. Es uno de los primeros signos de embarazo y suele durar solo uno o dos días.
Irritación cervical
A veces el flujo rosado aparece tras sexo con penetración, un examen pélvico o un Papanicolaou. Esto ocurre cuando el cuello uterino se irrita o inflama, especialmente si estás embarazada, tienes una infección cervical o usas anticonceptivos hormonales. Suele ser leve y pasajero, pero si es frecuente o viene con dolor u olor, conviene consultar a un médico.
Raro: cáncer de cuello uterino
En casos muy poco comunes, el flujo rosado o con sangre puede ser signo de cáncer de cuello uterino. Este flujo puede aparecer de forma inesperada —entre periodos, después del sexo o tras la menopausia— y a menudo es acuoso o con mal olor. Si notas flujo rosado sin explicación, especialmente si ocurre más de una vez o viene con otros síntomas (dolor pélvico, sangrado postcoital), habla con tu médico. La detección temprana es clave.
¿Cuándo debo preocuparme por el color de mi flujo?
La regla general es consultar a un médico si notas un cambio drástico en tu flujo que sea inusual para ti. Llevar un control del color y la consistencia puede ayudarte a detectar más fácilmente cuándo algo no anda bien.
Debes consultar si notas un color extraño o mal olor en tu flujo, o si presentas picazón, ardor, dolor vaginal o cambios en el sangrado. Tu médico probablemente hará un examen pélvico, observará la vulva y la vagina y podría tomar una muestra de flujo con un hisopo para analizarla en laboratorio. Según el caso, también puedes pedir un autohisopado o prueba de orina.
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Preguntas frecuentes
¿De qué color es el flujo por infección urinaria (ITU)?
Una ITU afecta el tracto urinario (riñones, uréteres, vejiga y uretra), no el flujo vaginal. Puede causar orina turbia u oscura, ardor y necesidad frecuente de orinar, pero no modifica el flujo vaginal.
¿Es normal el flujo amarillo claro?
Sí, el flujo amarillo puede ser normal y saludable, sobre todo cuando se vuelve amarillo pálido tras la oxidación. Solo debes preocuparte si el color es inusual para ti, si tiene mal olor o viene con síntomas como picazón, ardor o dolor pélvico.
¿Qué significa el flujo blanco lechoso y líquido?
El flujo blanco lechoso sin olor fuerte es normal, especialmente al final del ciclo, antes de la menstruación. También puede ser un signo temprano de embarazo. Si notas más flujo de este tipo y no es habitual en tu cuerpo, lo recomendable es consultar con un médico.
¿Qué color de flujo debería preocuparme?
El flujo normal va de transparente a blanco lechoso o ligeramente amarillo pálido. Pero si es gris, verde o amarillo oscuro, probablemente indica una infección. También puede ser anormal si es acuoso, espeso, espumoso o con olor fuerte a pescado.
¿De qué color es el flujo durante el embarazo?
En el embarazo es normal tener flujo de color transparente a blanco lechoso. Al final, también pueden aparecer vetas rosadas en un moco gelatinoso (“tapón mucoso”), lo que indica que el parto está por comenzar.
¿Cuál es el color más saludable de flujo?
El flujo más saludable es generalmente transparente o blanco lechoso, sin olor fuerte ni irritación. Es parte del mecanismo natural de limpieza y equilibrio de la vagina.
¿De qué color es el flujo por ITS?
El flujo causado por una ITS puede variar según el tipo de infección, pero a menudo es amarillo o verde, espeso, espumoso y con mal olor. En algunos casos puede ser blanco y grumoso, parecido al de una infección por hongos. Si notas cambios extraños en el color, consistencia u olor de tu flujo, es importante realizar un test de ITS o consultar con tu médico.